¿DÓNDE TRABAJAMOS?

Trabajamos en Pisulí y La Roldós, comunidades con altos índices de violencia, exclusión y pocas oportunidades de desarrollo, al Noroccidente de Quito.
Ser parte de un barrio urbano marginal significa estar al margen de la sociedad y -por ende- tenerlo todo en contra. Las condiciones de pobreza de las familias, las dificultades de convivencia y la carencia de oportunidades y propuestas, les impide ser conscientes de su propio valor y tener esperanza hacia la vida. Esto provoca un entorno no apropiado para el crecimiento del niño, del joven y de la familia.